A todos vosotros, que me hacéis la vida más difícil pero no conseguís amargarmela ni a tiros.
A ti, gran freak y gran petarda, que van dos veces que nos cruzamos, y esta vez yo a Príncipe Pío y tú a las ricas muletas. Bien empleado te está. Siempre pensé que eras un poco tonta, pero es que ahora no me queda ninguna duda. Me miras, me sigues mirando y, cuando nos cruzamos, tú miras para Pitis y yo para Las Musas...
Y a ti, oh, compañera de fatigas salmantinas y de ralladas varias -porque siempre estuviste un poco loca-, y de gafas rayadas, que siempre tuvieron su glamour. Me ves y haces como que no. Pasa el tiempo. Me vuelves a ver y haces como que sí, y también haces como si me hubieras visto ayer: hasta luego, a lo que yo respondo con un ridículo intento de parame y un hombreeee que, me temo, quedó muy fuera de contexto.
Y por último y de momento, a ti o tu otro tú: el santanderino fumador o el periodista kosovita, no sé a quién de los dos; que tan pronto me mandas abrazos como me atacas con mis propias palabras. Y yo a mí misma me hago daño muy poco a menudo. Me tropiezo, pero no me insulto; y a ti tampoco. Pero devuélveme lo que es mío.
miércoles, 27 de junio de 2007
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1 comentario:
Espero no estar en tu lista negra,y si llego a estarlo dímelo xa tener ocasión d redimirme,bufff q repaso das!
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