Sufro taquicardias. Tengo un corazón normal, revisado, fuerte y que aguanta todo maltrato que le haya dado en mis 23 años. Pero, a veces, tengo taquicardias, y no tiene cura, control ni medicación, porque no hay nada que medicar. No es nada hormonal, como decían los sabios médicos, sino que mis tíos -también médicos, pero de los que me conocen- tenían razón: son sólo nervios.
Hasta aquí la parte mala. He aquí la buena: no tengo taquicardias desde Enero. La última fue unos días antes de irme a Madrid, cuando intentaba que la vida me cupiera en una maleta y las emociones no me aguantaban dentro del pecho: taquicardia que te va.
Algo ha pasado desde entonces, e imagino que muy bueno, porque he aguantado orgullos, lenguas, festivales, mexicanos, 3x1, anonimatos y demás experiencias con un corazón fuerte y que, además, no ha dudado ni me ha asustado.
Ahora bien: Julio, Vacaciones, Relax (take it easy) y vuelvo a las andadas: amago que te va. Y no me mola nada. Sobre todo porque, por una vez que me domina la calma y dedico mis mañanas a leer y respirar mansa en mi jardín, mis tardes a pasear y dejarme llevar por el son del mar, y mis noches a dormir con tres capas de ropa... ¿por qué tiene que ser otro el que me lleve al amago? ¿No me basto y me sobro yo a mí misma para proporcionarme dolores, enfermedades y sufrimientos varios?
Aclarad vuestras vidas y, sólo entonces, venid a revolver la mía. En resumidas cuentas... ¡¿QUÉ QUERÉIS DE MÍ?!
miércoles, 25 de julio de 2007
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1 comentario:
Amor mío, tú misma te lo has dicho: Relax, take it easy... no te dejes afectar por lo que no merece la pena!
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