Es terrible esto de quedarse sola en casa y que a la vez la ciudad se te quede vacía de amigos, conocidos e incluso de las habituales conversaciones mamandurrias de esas mañanas que nunca cambian...
Estoy desnortada. El finde ha sido tremendo y el verano se me escapa, de las manos y de las maletas. La cama sin hacer, la ventana abierta toda la noche, yo caminando desnuda por la casa viendo los platos que esperan a que alguien los friegue, la guitarra desafinada, el suelo polvoriento y la nevera vacía... Mientras tanto, la Vespa se convierte en mi única preocupación. Me siento y enciendo un cigarro. Tal cual. Y no me gusta. Pero lo enciendo y lo intento. Y lo dejo.
Desnortada, he hecho más recados en un día que en un mes. Y me he tomado más cañas en una semana que en un año. Para recuperar el norte, me vuelvo a mi tierra, como siempre, a respirar y recordar.
lunes, 16 de julio de 2007
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