Tienes que abrir la ventana, porque sois dos y le dais muy fuerte. Y yo estoy aquí en medio pero en realidad no sé por qué. Porque no puedo estar con nadie, ni de uno en uno, ni con dos a la vez. Por eso tienes que abrir la ventana, para que me pueda escapar.
Claro, que si la abres y me congelo, cojo y me largo y ya no te pido perdón; y sólo estornudo. Y diré que es alergia, y será mentira -como la de los gatos-, pero no pasará nada, porque si me puedo mentir cada día y seguir tirando como si nada, lo puedo hacer también con vosotros... como si, de repente, ya no pasara nada.
Y nada entra ni sale por la ventana. Y por eso me ahogo. Así que mejor abre.
lunes, 21 de abril de 2008
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