Mi amiga Tatiana, digna protagonista-en-potencia de un bio-thriller de corte almodovariano, empieza todos sus e-mails colectivos con un sencillo pero expresivo: "¿Qué tal, niñas? Tantas lunas". Ya hace un año que nos conocemos y un año hace también que me llevo preguntando qué se esconde detrás de esas lunas. ¿Serán lunas de verdad, será un recuento de los días -con sus noches y sus lunas- que han pasado sin saber la una de la otra, o será el número de lunas de coche que ha roto en un arranque borracheril o llevada por una dosis de peyote o ayahuasca a los que nos tenía acostumbrada?
Con peyote, lunas o Almodóvar, o sin ellos, la gran Tati ha vuelto y con ella todos los recuerdos de un año estupendo y de una compañera más que chilena, más que curiosa y, sin duda, tan en la luna.
martes, 24 de abril de 2007
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