miércoles, 30 de enero de 2008
Yo-pa-so
Pero como no existen y no me pueden ayudar, yo-pa-so.
Primero Peggy y ahora esto
'El tomate' echa el cierre
Emocionada estoy. No hay palabras.
Para Paco Pérez
Paquito; esta cremallera, te la dedico toda entera.
martes, 29 de enero de 2008
Vuelta y media
Mañana, bajamos la cremallera y cruzamos los dedos. Y, entonces, vemos lo que pasa: si es todo muy grande o si es un auténtico desastre.
viernes, 25 de enero de 2008
Meriendas bajo tierra
Yo, por lo menos, nunca me pararía a tomar un café a 3 metros bajo tierra. Ni a 3 por encima. Tan triste es mi vida, que tuve que abandonar el café. Y, lo que más me duele, el caffè.
Echo de menos los cornetti. Y ser Siena. Y toda Siena.
jueves, 24 de enero de 2008
Os ponéis en huelga
Puaj.
miércoles, 23 de enero de 2008
Una pluma en la cabeza
martes, 22 de enero de 2008
Juzgado de guardia
lunes, 21 de enero de 2008
Bálsamo
- Así que me lo pongo aquí, así, y ya está.
- Eso es, y ahí tienes tu bálsamo.
- ¡Pues espero que funcione!
- Lo hará, si lo dejas actuar.
- Que no te quepa duda. Yo así no puedo seguir.
- Entonces, no se hable más. Empieza hoy mismo. Verás cómo te sienta bien.
- Que Dios... o alguien... te oiga...
- Paula...
- Ya, ¿qué quieres que te diga? A ver... y explícame otra vez, ¿cómo funciona esto?
- Pues eso, muy sencillo. Cuando te agobies, bálsamo. Por ejemplo, le das a la a y, ¡bingo!, tendrás una infinidad de posibilidades y combinaciones.
- Dime una.
- Azafata. O alfalfa. O acaparar. Y no me digas que no.
- No te digo nada. Sigue.
- La j. Apasionante. Con la j puedes jorobar, jerarquizar o tomarte un vino de Jerez. Y así una tras otra.
- Ya.
- ¿Ya qué?
- Que lo entiendo. Que sí. Que vale. Pero, esto, ¿de qué le sirve a una escritora frustrada?
- Dios mío.
- ¿Tuyo?
- Hombre, no va a ser tuyo.
- Uy, no, quita, quita.
- Pues eso. Mío. Mío.
- Decías...
- Que no has entendido nada. Y que, con esa actitud, no sólo tú sino todos nosotros vamos a terminar frustrados.
- ¿Por qué?
- Porque para salir de tu supuesta frustración, te garantizo que no estás haciendo nada.
- ¿Y el bálsamo éste?
- Mío también. Mío. Como todo. Y si no es mío, será de otro. Como todo. Pero, ¿qué hay de tu parte? ¿Qué haces tú por estar mejor? ¿Qué haces...?
- Anda y déjame en paz. Bonita forma de ayudar. Para eso, mejores son dioses...
- Hay que ver lo estúpida que puedes ser cuando quieres.
- Ajá.
- ¿Sabes qué te digo? Que ahí te quedas, con tus chorradas y tu bálsamo y tus fantasmas de mierda. Y que ya vendrás cuando te aburras de tu propia miseria.
- Pues venga, con la fresca.
- No, no, con el 2, que es mucho más rápido.
- Que te den.
- Que te oigan.
- Mierda. Que te den mierda.
- Te quiero. Adiós.
- Ya. Adiós.
jueves, 17 de enero de 2008
Notes on a Scandal
Y no quiero ser la que se queda en casa a costa del disgusto de sus amigos. La que se autocompadece. La que disfruta de su casa. Sola. La que por fin tiene casa. Pero no es suficiente. Sola. Ni con nadie.
Menos mal que es sólo un personaje porque, francamente, no quiero ser yo.
No quiero ser yo. La madre insatisfecha. La vieja de la agenda.
martes, 15 de enero de 2008
Patorras
Cuando salió del metro, el mundo le pareció, de repente, peligroso a las seis y media de la mañana. Había gente, pero no había nadie. Había luz, pero estaba oscuro. Había sueño, pero había prisa.
Las muñecas negras y la unión del brazo con el antebrazo morada. Así mostraba su cuerpo al mundo en signo de defensa, en signo de no podrás conmigo, de tengo lo que no quieres. Y daba miedo.
Pero a aquel hombre no pareció darle tanto miedo, sino que aquella pierna y media que se veía entre tan deshilachado rosa le llevó a entonar un sonado piropo de madrugada. Rubia, vaya patorras.
Cuando dio la vuelta a la esquina, cuando entró en el portal y –alivio- estaba vacío, cuando traspasó el límite entre lo público y lo privado, en ese momento, respiró y, en efecto, descubrió que lo que le había llevado desde aquella fiesta anclada en otra década hasta su día a día y su noche a noche en el mismo lugar eran, en efecto, un par de buenas patorras.
domingo, 6 de enero de 2008
A fuerza de cucharón
Los billetes están caros pero hay ganas. No hay tiempo y hay cremalleras que ni suben ni bajan. Pero ése es mi ritmo. Y mi ciudad. Y ya llego. Y ya os veo. Y tengo que dejar de decir y.
No se me ocurre nada
No sé lo que escrito, pero, al menos, sé que esto sí que ha sido escribir.
viernes, 4 de enero de 2008
Lavado de cara
Volveré. Y volveré a escribir. Y te volveré a lavar la cara. Y todo irá bien.