Donde sigo existiendo, donde hablo aunque no quiera, donde insulto aunque haya dejado de hacerlo. Aquí es donde todo puede ir mal. O muy bien. Y por eso me engancho.
Y también por eso trabajo. Y no me frustro. Los reportajes se pueden hacer en 24 horas y, si es a ritmo de tango, mejor. Gran bailarín, gran acento italiano y gran cuenta la de anoche. Y todo por un micrófono. Qué fácil.
A todos, gracias. A Madonna, perra, por tocar un iPhone años luz antes que yo. Vieja. Molas.
viernes, 1 de febrero de 2008
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1 comentario:
Y q esperabas?La Vieja ganó 72 kilos(y no de grasa)este año pasado.Un gusto volver,supongo...
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